Mademoiselle Leonora

No todos podemos ser unos medievalistas, marxistas, hipocritas y antisociales entregados al libertinaje.

jueves, 16 de septiembre de 2010

A un anonimo.


Le encantaba verlo con su eterno cigarrillo. Sentir el sabor de su lengua después de varios copazos. Respirar sobre su cuello.
A el le gustaba oler su pelo, adentraba sus manos en su melena y acercaba el pelo de ella a su nariz –esto le parecía placentero-
Ella se estremecía miraba la pajilla viciosa entre sus dedos, un tanto lánguidos pero igual le encantaban y quería sentirlos entre sus piernas. Quería que el la acariciara por todo el cuerpo desnudo. Lanzaba gemidos entrecortados que a veces se alternaban con suaves suspiros. El la observaba y al igual que ella se estremeció.

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